Un poco sobre mí

long black haired woman smiling close-up photography
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Hola, mi nombre es Inma, estoy profundamente agradecida que pases un ratito de tu valioso tiempo conmigo

Me presento brevemente, en el ámbito profesional, estudié Psicología, entre otra formación Psicología Clínica, Neuropsicología, Coaching, Inteligencia Emocional, Autoliderazgo y Crecimiento Personal. Mi experiencia profesional es de lo más variada, he trabajado como psicóloga con personas con capacidades especiales, con mayores, con personas en riesgo de exclusión social, orientadora laboral y otras muchas. Pero mi verdadera pasión es el autodescubrimiento, el desarrollo personal, conocerme en todo mi potencial y acompañar a las personas en este camino.

Durante mucho tiempo he sido una sufridora nata, a pesar de mis conocimientos, ponía en practica lo que aprendí durante la carrera de Psicología, y en mi posterior formación. Probablemente no lo hiciera con la constancia suficiente para generar en mí cambios significativos, sí que me ayudaban, pero siempre tenía un vacío, una insatisfacción... Fue más adelante cuando comencé a poner en práctica la meditación, la respiración consciente, las autoafirmaciones, el contacto con la naturaleza... técnicas más sencillas que las que había aprendido, cuando sentí que la vida podía ser más sencilla y bonita. Comencé a descubrir que el sufrimiento es producido por la mente, no por los acontecimientos, creo que es un autoengaño, que nos hace sentir indefensos sin poder.

Siento firmemente que nuestro camino, nuestra labor más importante en la vida es amarnos incondicionalmente, perdonar nuestros errores, este amor solo pasa por el autodescubrimiento, y a éste se llega a través de la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás. Que nada tiene que ver con la lástima, sino con una comprensión más profunda. Un mandamiento muy enraizado en nuestro inconsciente es "ama a los demás como a tí mismo", en la mayoría de las veces olvidamos la segunda parte.

Wayne Dyer decía que solo se puede dar lo que se tiene, solo podemos dar amor incondicional si nos amamos incondicionalmente. En caso contrario será un intercambio de apegos, relaciones de dependencia, en las que responsabilizamos a las otras personas de nuestra felicidad.

En este bonito camino me encuentro, sin ausencia de días y momentos oscuros, pero sabiendo que pasarán, y que cuando conecto con lo sencillo, lo pequeño y a la vez grandioso de la vida se van pasando.

Este camino es mucho más bonito cuando se acompaña y se es acompañado, cada proceso de cambio de otra persona implica también el mío, eso es lo grandioso del coaching, se crean unas sinergias donde todo se multiplica, el crecimiento es recíproco.